Hagan una cita en un bar al que no acudan con frecuencia o de preferencia donde nadie los conozca. Siéntense en lugares distintos y coqueteen entre ambos, de lejos primero, hasta que alguno tome la iniciativa. En ese periodo de tiempo es posible que alguien más se acerque también a un hombre o mujer sola, pero ahí deberás poner a prueba tus habilidades para que sólo tú seas el dueño de su atención. Háblense como extraños, invítense un trago y platiquen como si fuera la primera vez, con el nervio y la coquetería del inicio. Lo que sigue también ya dependerá de ustedes. El juego de los extraños puede ser muy excitante.
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